Si usted me lo permite......Sugerencias para adultos significativos
A raíz del artículo sobre déficit de atención comencé a recibir solicitudes
sobre sugerencias para padres.
Es gratificante saber que estamos interesados en el bienestar de nuestros
niños. Como adultos significativos (padres, abuelos, tías, maestros o
terapeutas) queremos siempre lo mejor para ellos. Sin embargo, algunas veces no
logramos los resultados que esperamos de nuestras genuinas intenciones. Lo primero que se me ocurre es pensar la
importancia de la norma y disciplina en el entorno familiar ¿queeeeeé?, ¿estoy
desfasada?, ¿soy anacrónica? No, en lo
absoluto. Observo muchas veces a niños
en la consulta cuyos padres se disculpan porque no pueden “dominarlos”, se les salen de las manos lteralmente. Cuando los niños
aprenden normas en el hogar, no con base a castigos y amenazas sino con base a estándares
de convivencia, se relacionan mejor en la escuela, en otros ambientes sociales
y por supuesto en el hogar. Esto implica
la necesidad y capacidad de poner límites por parte de los padres. A veces es
necesario decir no sin sentirse
culpable por eso.
Los niños desde pequeñitos también deben aprender a tener algunas
responsabilidades como hacer su cama, sus tareas escolares, ayudar a poner la
mesa, recoger su ropa, distraerse solos. No les va a pasar nada malo y tampoco
se van a traumatizar por eso. Al contrario, se van a beneficiar. Si estas pequeñas cosas no las enseñamos en el
hogar, las maestras y la escuela tampoco lo van a hacer, no es su función,
tampoco son sus hijos. Solo piense en el número de alumnos que puede tener una
maestra en el aula. Su trabajo es académico no familiar.
Los pequeños tienen tres vías de recibir educación más allá del salón de
clases: (1) lo que ven de sus padres, con consistencias e inconsistencias, con
el modelaje, (2) lo que escuchan del mundo que los rodea, es decir de amiguitos,
medios de comunicación, video juegos y (3) lo que dicen sus padres, sus
palabras textuales y expresiones diarias.
Así que todo lo que hacemos, decimos y dejamos de hacer/decir influye en
el carácter de su niño. Esa es la
explicación del por qué su hijo es como es independientemente de cualquier
sintomatología específica que pueda estar afectándole. Los niños son nuestro
espejo.
Me atrevo a brindar una lista breve de sugerencias, tomada de mi libro Gota a Gota: Niños, historietas, emociones y Flores de Bach, basada en mi experiencia laboral con niños, maestros y adultos
significativos. Espero pueda ser de utilidad.
- Llámelo por su nombre, no por su sobrenombre u apodo.
- Evite compararlo con otros niños, él o ella es un individuo único.
- Razone, no importa la edad.
- Evite terminar sus frases, trazos o rellenar sus dibujos (son la expresión del niño no suyas).
- Mírelo a los ojos cuando le hable, colóquese a su altura, siéntese para estar al mismo nivel.
- Permítale hablar, reír o llorar.
- Ellos tienen sus propios intereses y, aunque no sean los suyos, respételos.
- Permítale tener una rutina (horas del baño, comidas, deberes escolares, juegos). Esto ayuda al establecimiento de reglas para el buen convivir.
- Sea discreto con los asuntos personales del niño que usted considera defectos, ejemplos: tiene piojos, es estreñido, es lento, tiene un déficit, entre otros muchos.
- Permítale tomar decisiones para incentivar su independencia: ir al baño solo y limpiarse, tomar la ducha solo, servirse el cereal y la leche u organizar sus juguetes.
- Confíe en él o ella. Dele asignaciones.
- Evite gritar, el hecho que hable en tono más fuerte no implica que le va a entender, escuchar u obedecer.
- Respete sus sentimientos comenzando por tener consciencia de los suyos propios; en otras palabras, sea coherente.
- El niño está en proceso de transformación día a día, lo que le interesó esta semana no necesariamente le interesará el próximo año. Eso aplica a las actividades extracurriculares.
- El niño necesita límites, ejerza su control con congruencia, firmeza, perseverancia y, sobre todo, cariño.
- Comprenda que error no es igual a fracaso. El niño está aprendiendo constantemente. Si lo culpa estará favoreciendo situaciones de autoestima en el presente y a futuro.
- Evite marginarlo ante los tropiezos de su vida, intente hablar tranquilamente sobre el tema.
- Pedirle a un niño que se comporte como un adulto es algo bastante difícil, simplemente no tienen en sus mentes ese patrón de comparación ni esas vivencias.
- Evite ridiculizarlo, eso se queda para toda la vida.
- Evite hacerse el mártir y a sacar en cara lo que hace por él o ella, perderá el respeto por usted.
- Los sermones continuos pierden su eficacia prontamente, serán ignorados.
- Evite suponer, simplemente indague.
- Intente ponerse en su lugar, vea la vida y situaciones desde los zapatos del niño.
- Enséñelo a cooperar antes que a competir. Enséñelo a defenderse sin venganza ni retaliación.
- Demuéstrele con su actitud de adulto que los riesgos y la incertidumbre son parte también de la vida misma.
- Tenga presente que el afecto, juegos y fantasía son partes del crecimiento.
- Deje que se distraiga solo. No busque distraerlo usted.
- Enséñele que toda acción tiene una consecuencia, que debemos pensar antes de actuar, que debemos utilizar nuestro juicio.
Las flores de Bach pueden ayudarlo a usted y a los pequeños
a tener mejor calidad de vida. No
generan efectos secundarios, no van a producir sobredosis, tampoco generarán
dependencia. Se han utilizado por más de
70 años alrededor del mundo y se conocen en todos los continentes. Si el tema
es emocional las flores pueden ser las grandes aliadas.
Gracias Marielena por compartir tu experiencia y tu conocimiento, tus sugerencias son excelentes. Cindy.
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